El sexo en la era Ikea

Hay varias cosas en esta película (Un agujero en mi corazón de Lukas Moodysson) que sorprenderán al espectador medio español (si es que alguna vez este espectador accede a esta película). En primer lugar, el padre del protagonista juega a los videojuegos, ha sido cantante en un grupo de heavy metal y hace pelis porno en el salón de casa. Demasiado para España, país en el que la gente de ventitantos años lleva a sus hijos de cinco a la tele a que canten "la zarzamora" o "la bien pagá" y babean ante sus retoños (y lo mas sorprendente, hacen esto sin rastro de ironía, tal cual). En segundo lugar el adolescente protagonista pasa el dia a oscuras escuchando música eléctronica por los cascos. ¿que otra cosa puede hacer un adolescente? pues bien, seguro que aquí sería carne de psiquiátrico. El caso es que el padre no le da mucha importancia al comportamiento del hijo, (normal) y sigue a su rollo que es rodar una peli porno con un tipo que se duerme en el rodaje y una chica bastante desequilibrada que ha tenido cirugía estética vaginal (operación que aparece en la peli con todo lujo de detalles) que sueña con ir a Hollywood. Todos los personajes arrastran una carencia o una frustración, el hijo ha perdido a su madre, el padre es presuntamente un homosexual reprimido, el actor porno un violento apenas contenido, la chica una depresiva y así sucesivamente. El estilo de la película es "presuntamente moderno" lo cual en ocasiones chirría un poco pero se le perdona a ratos. La verdad es que yo la he visto como un "slice of life" de lo mas cotidiano. Incluso tienen los mismos muebles de Ikea que nosotros. Me siento miserable, pero reconforta pensar que una sociedad tan avanzada como la sueca está igual de podrida que la nuestra (con sus características locales) lo cual me lleva a pensar que el ser humano es una porquería en cualquier idioma o país. De uno en uno os quiero a todos, que conste :)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En casi todo de acuerdo. Excepto en la ortografía de Moodysson, y en que generalmente es mucho,muchísimo, más peligroso asomarse al interior.

Rafael Ricoy dijo...

Gracias, ya está corregido. Lo de asomarse al interior lo dijeron casi al principio. A la hora de titular el blog dudé, pero como iba a hablar del exterior (aunque al hacerlo uno siempre acaba hablando de uno mismo en realidad) lo dejé así.