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La hora de la merienda.

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Sucedió en la calle. 5.

En la sala de espera de un centro de salud mental: Un hombre de unos cuarenta años, con aspecto de estar bajo un tratamiento bastante fuerte y sin embargo alegre y chistoso por momentos, comenta con una conocida: "en el nuevo centro estoy muy bien, me ataron sólo dos horas porqué pegué patadas a los muebles, donde estaba antes por tirar el agua me tuvieron atado todo el día" Entra un señor de unos noventa años, piel lisa a pesar de la edad, cuidadosamente vestido y aseado, pregunta si el ascensor es de uso público, el bedel le contesta: "por supuesto, pase que le vamos a propulsar al espacio" "suena muy atrayente", replica. Supongo que si llego a los noventa años me parecería una buena idea subir a un ascensor y que me llevara lejos, muy lejos. Mientras tanto el periquito que tienen en secretaría no deja de dar picotazos al periquito que vive al otro lado del espejo que han instalado en su jaula. Sorprendentemente nuestro hombre del espacio vuelve a los diez minutos igual de planchado que en el momento de su partida. El próximo día cojo el ascensor.