Trata de un mundo en el que basta con abrir los ojos bajo el agua para ver el rostro de la persona amada, en el que un sucio lobo de mar guarda en un tarro las manos de su mejor amigo, en el que gramófonos y gatos se mezclan irremediablemente como en un cuento de Cortázar. Es una película que huele a óxido, sal y petróleo, a ropa sucia y a caldo recalentado en el fondo de un camarote y a amor, sobre todo a amor, entre sábanas ajadas, amor a pesar del (o tal vez gracias al) desorden, amor inocente, de antes de la guerra, nunca mejor dicho. Habla de un mundo que estaba a punto de desaparecer, de cuando las cosas parecían tan sencillas como la estela en el agua de un barco herrumbroso.
L'Atalante (Jean Vigo)
Publicado por Rafael Ricoy en 4:11 a. m.
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4 comentarios:
¡Qué reseña más bonita!!!!
Es todo un poema. ¿Es tuya?
Ya estoy impaciente por tener oportunidad de ver la película.
Gracias, es mía.
Bienvenido al mundo de los blogs, Rafael. No es fácil mantener alto el listón, y empiezas desde muy arriba. Esto promete muchas buenas sorpresas. Enhorabuena.
al final me vas a hacer ver la película, y me temo que me tendré que tragar todas las del pesao del Vigo...malditos directores de culto...cuando les da por hacer buen cine no hay quien los soporte...por cierto, Cero en conducta también es el título de una gran película de adolescentes americanos...os la recomiendo encarecidamente...
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