Resulta que esta tarde me he ido a ver una obra de Pirandello, "Asi es (si así os parece)", para mí Pirandello era especialmente "Seis personajes en busca de un autor" que recordaba haber visto en la tele en blanco y negro, siendo yo muy pequeño. La desnudez formal de aquel montaje me deslumbró, tanto que cuando ví Dogville o Manderlay, no solo no me chocó sino que me parecía volver a transitar un terreno conocido. Hay que decir que esa desnudez formal, en el caso de TVE, se debía a partes iguales a las tendencias escénicas de la época y a la escasez de medios reinante. El caso es que el montaje que he visto hoy representa lo que menos me interesa del teatro, actuaciones pasadas de vueltas, escenografia aplastante y monótona, recursos facilones como que todos los personajes hablen a la vez "en fuga" para servir de transición entre las escenas (una vez vale, pero cinco...) Uno va al teatro en estos tiempos a que le sorprendan, a vivir una experiencia única, que ocurra solo ante tus ojos y sobre todo para ver algo que ni la tele ni el cine ni los videojuegos puedan ofrecerte, no para asistir a la representación envarada, mecanizada y alcanforada de una obra que caso de haberse retransmitido por radio no hubiera perdido un ápice de sentido.
Por que no voy mucho al teatro
Publicado por Rafael Ricoy en 12:09 a. m.
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